Por su naturaleza, el fútbol americano es un deporte de alto impacto y demanda física, lo que lo convierte en uno de los deportes con mayor número de lesiones en los jugadores, dentro y fuera del campo de juego, como es en el caso de las sesiones de entrenamiento.
Se considera que al menos el 50% de los jugadores de cualquier nivel desarrollarán algún tipo de lesión durante alguna de las fases que involucran la preparación y el desarrollo de una temporada. Cualquier segmento corporal puede presentar lesiones habituales como contusiones, tendonitis, esguinces, luxaciones y fracturas (1).
Sin embargo, la columna vertebral es uno de los segmentos corporales que más preocupan a los médicos, en lo que a lesiones provocadas por el futbol americano se refiere.
Un nuevo estudio dirigido por el Dr. Comron Saifi, cirujano ortopédico de columna del Hospital Houston Methodist, revelo que tales lesiones son más comunes y graves de lo que podría sugerir la percepción pública, especialmente para niños y adultos jóvenes de 10 a 19 años.
Esta es justamente la edad en la que se comienza a practicar el futbol americano en México.
De acuerdo con el especialista, “debemos ser conscientes del potencial de lesiones, particularmente en la columna vertebral. El fútbol americano es uno de los deportes más populares y practicados entre los niños y adolescentes en edad escolar en los Estados Unidos y quisimos estudiar las lesiones relacionadas con el fútbol a lo largo del tiempo. Específicamente, queríamos aprender sobre la gravedad de las lesiones de la columna vertebral que ocurren en estudiantes de secundaria, preparatoria y universitarios.”
Durante sus inicios en el fútbol americano predominaban los traumatismos craneoencefálicos. Al mejorar las tecnologías sobre el empleo y elaboración de los cascos, se observó una disminución muy drástica sobre estas lesiones craneales. Sin embargo, obligó a los jugadores a modificar sus técnicas de bloqueo y tacleo, convirtiendo a la cabeza y al cuello en elementos de ejecución de estas maniobras que tienen como elemento común el solicitar enormemente a la columna cervical.
Someter a la columna vertebral a 30 o más grados de flexión, hace que pierda su curvatura normal (lordosis), tornándola recta o inclusive generando una curvatura inversa (cifosis). Esta última posición disminuye la capacidad del cuello para soportar cargas axiales y predispone a un mayor esfuerzo sobre los cuerpos vertebrales, los cuales de verse exigidos por una carga en línea (axial), pueden llegar a fracturarse y lesionar la médula espinal .
De acuerdo con el especialista en cirugía de espina dorsal del Hospital Houston Methodist, en su estudio encontraron que, “pese a la creciente conciencia sobre los problemas de seguridad en salud al practicar futbol americano, a lo largo de los años no hubo cambios significativos en el número total de lesiones de columna relacionadas con este deporte.” Agregó que, “no solo no disminuyeron, sino que los tipos de lesiones cambiaron un poco. Hubo una tendencia en el aumento de las lesiones de la columna cervical, que suelen ser más peligrosas y es más probable que requieran hospitalización. Nuestro estudio también encontró que es significativamente más probable que ocurra en niños, particularmente de 15 a 19 años, que en adultos”.
Otra forma de ver el perfil de riesgo cambiante es comparar las fracturas con las lesiones nerviosas. Una fractura de la columna torácica literalmente rompe uno o más de los huesos de la columna en la parte media de la espalda; no es solamente el tener un ligamento desgarrado o experimentar un latigazo cervical. Se encontró en el estudio que los niños, en particular los de 9 a 14 años, fueron más propensos a las fracturas, mientras que los adultos tenían más probabilidades de sufrir una lesión nerviosa que una fractura.
Entonces, “la conclusión principal es que estamos viendo un aumento en los tipos más graves de lesiones de la columna a nivel de la médula espinal (cervical y torácica) entre los niños. Lo que nos lleva a preguntarnos si estamos ofreciendo a los niños el conocimiento y la protección que necesitan para poder jugar este juego de manera segura.”
Se puede determinar que un factor fundamental para la seguridad en el juego es que el grupo de entrenadores que trabaja con el jugador de futbol americano debe conocer íntimamente las características del deporte en cuanto a sus potenciales efectos nocivos para la salud del jugador.
Se requiere establecer fases de entrenamiento compensatorio en las diferentes categorías dentro del futbol americano y/o en cualquier actividad deportiva con la finalidad de desarrollar deportistas sin limitaciones biomecánicas para el alto rendimiento y disminuir al máximo la incidencia de lesiones