Por Ivette Estrada
“Fuego que se apaga” parece un nombre apache, pero es la imagen que nos remite al desvanecimiento del fulgor o entusiasmo. Pero ¿es posible evitar el triste declive de la pasión en el trabajo que una vez se amó?
Al menos 25% de los profesionistas actuales entrevistados por una consultoría global de negocios, reconoció que el entusiasmo por sus carreras desapareció o está en franco declive. Al parecer, aunque muchos buscaron incesantemente el trabajo perfecto la rutina los hizo perder el entusiasmo. Incluso, cada vez son más los trabajadores que manifiestan “agotamiento” laboral.
Para algunos, una pérdida de pasión puede ser una señal de que necesita cambiar de carrera, pero un movimiento tan drástico no siempre es posible. Afortunadamente, estudios recientes muestran que algunas personas aplican naturalmente estrategias para reavivar su pasión y motivación en el trabajo.
Patricia Chen, profesora de psicología en la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, dice que hay dos mentalidades diferentes sobre la pasión. Los amantes del ajuste y quienes privilegian el desarrollo. Éstos últimos son los más apasionados y exitosos.
Los teóricos del ajuste son más propensos a creer que hay un trabajo perfecto para cada individuo, y encontrarlo determinará la felicidad y el éxito laboral. En la vida personal es quien cree en la pareja perfecta.
Los que privilegian el desarrollo, por el contrario, aseguran que la pasión se desarrolla a través de un proceso de aprendizaje dentro de cualquier línea de trabajo elegida y así logran amar la profesión. Son quienes creen que una relación de pareja se construye día a día si nos enfocamos a su perspectiva amorosa.
Ahora, mientras los teóricos del ajuste presentan dificultades para encontrar la felicidad en un trabajo que no cumple con sus criterios específicos, que es bastante común, quienes creen en el desarrollo aprenden a encontrar placer e interés en las diferentes tareas, de modo que su satisfacción crece con el tiempo, incluso si el trabajo no tenía todos los atributos buscados inicialmente.
Las estrategias que siguen los amantes del desarrollo son el reconocimiento relevante en diferentes áreas:
Personal. Es descubrir cómo el trabajo que se realiza puede aportar a los planes futuros de vida, como construir una empresa propia, por ejemplo.
Social. Escrudiñar cómo el trabajo podría ayudar a comprender el mundo y cómo ese conocimiento podría beneficiar a otros.
Familiaridad. Adquirir nuevos conocimientos puede en sí mismo estimular la curiosidad de alguien por saber más, ya que identifica otros puntos de interés. Al realizar y dominar tareas difíciles puede ser una recompensa en sí misma. Por lo tanto, alguien desmotivado puede buscar nuevas formas de aumentar sus habilidades.
Pragmatismo. Así como las pasantías y casos prácticos pueden avivar el interés en distintas asignaturas universitarias, encontrar el uso final de una labor puede catapultar el interés de quien lo realiza. Las historias de éxito que conectan distintas labores a historias humanas tienen tal objetivo.
Encontrar mentores y cambiar el entorno. Localizar personas exitosas en las labores que uno realiza pueden avivar el interés laboral. También buscar a alguien que estimule y guía. Por otra parte, modificar el lugar donde uno labora logra romper la rutina. A veces basta modificar la disposición del mobiliario de oficina o de los objetos sobre el escritorio para eliminar la monotonía.