Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director general de Gobierno de calidad, consultoría de políticas públicas.
La pseudo diversidad o práctica por exagerar o tergiversar la diversidad, equidad e inclusión (DEI) causan una mala asignación de capital.
Aunque los «lavadores de diversidad» a menudo reciben calificaciones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) más altas y atraen inversiones de fondos socialmente responsables a pesar de sus pobres desempeño en las medidas de DEI, el costo del engaño puede ser muy alto: una reputación y credibilidad destruida que impacta a todas las partes interesadas.
Las empresas con mayor diversidad hablan de DEI con más frecuencia, pero muchas empresas generan divulgaciones oportunistas de DEI para exagerar su compromiso con la diversidad y evidencia una política de diversidad cuestionable sin un objetivo duro.
Incluso, las grandes desconexiones entre lo que las empresas dicen y hacen sobre la diversidad son predictivas de comportamientos muy negativos, al grado de que ya se habla de “lavadoras de la diversidad”.
Sus comportamientos engañosos más allá de las divulgaciones financieras. El énfasis en DEI se extiende a otras plataformas de comunicación como informes de responsabilidad social corporativa y redes sociales.
Paradójicamente, estas empresas contratan a menos candidatos diversos, incluso entre los empleados más jóvenes. En las empresas engañosas suelen utilizan un lenguaje con visión de futuro sobre la DEI, lo que sugiere que no tienen como objetivo aumentar la diversidad, sino más bien tratar de distraer la atención de sus deficiencias actuales.
Aunque las “lavadoras de la diversidad” logran un efecto positivo en la forma en que los inversores ven el rendimiento ESG de las empresas y reciben puntuaciones ESG generales más altas, es más probable que sean propiedad de fondos mutuos centrados en ESG.
Esto indica que los inversores pueden centrarse más en lo que las empresas dicen sobre DEI que en su demografía real. Esto tiene implicaciones importantes para los mercados financieros porque otros estudios encuentran que las calificaciones ESG pueden ser inconsistentes y poco claras.
¿Cómo desenmascararlos?
Los destructores de la diversidad tienden a utilizar un lenguaje vago y ambiguo cuando hablan de DEI. Esta falta de claridad puede ayudarlos a evitar demandas exitosas de accionistas, ya que divulgaciones menos precisas pueden reducir el riesgo de litigios.
Entonces crece la importancia de los requisitos de divulgación estandarizados y obligatorios para las cuestiones ESG para garantizar la veracidad de los informes por parte de las empresas.
Hoy existen crecientes presiones para divulgaciones relacionadas con la diversidad y rechazo por parte de las empresas, pero sin esta información, los inversores no pueden tomar decisiones informadas. La clave de las buenas y éticas prácticas nos orilla a la precisión y presentación exacta de datos de DEI. Este es el primer paso para alejarnos de las perniciosas “lavadoras de la diversidad”.