Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC).
En México existen más de cuatro millones de estudiantes inscritos en el nivel de licenciatura, lo que implica una cobertura neta de 38.8%, apenas el 17% de la población en edad de trabajar (25 a 65 años) contra el 37% en promedio de los países miembros de esta organización.
Esto nos sitúa en una problemática particular ¿por qué ante una demanda potencial tan alta y creciente existen tantas universidades que no operan a su máxima capacidad? O incluso ¿por qué existen tantas universidades que decrecieron en los últimos años?
Es un fenómeno multifactorial que no se explica solo por el costo de las colegiaturas, ya que existen universidades públicas que no ocupan todos sus espacios disponibles. También algunas universidades privadas, en diferentes segmentos de precios, logran operar a su máxima capacidad.
Existen algunos puntos que identificamos con mayor impacto en el crecimiento de las Instituciones de educación superior en el nivel de licenciatura. Los cinco factores que generan mayor crecimiento en la matrícula total son:
Prestigio. Es una mezcla de distintos componentes que generan la reputación de una institución educativa. Presenta el posicionamiento de la universidad-marca en una determinada localidad y la sociedad que la conforma.
Calidad. Va más allá de la experiencia y renombre de su profesorado. También implica los servicios adicionales de la universidad como extensión universitaria, prácticas profesionales, centro de idiomas, actividades extracurriculares y alianzas estratégicas con centros de educación superior, gobiernos e iniciativa privada.
Precio. La asequibilidad es un factor que no debe soslayarse en economías recesivas y emergentes. Los préstamos a estudiantes en economías desarrolladas también son un factor que debe considerarse.
Ubicación. Accesibilidad con vías de comunicación y movilidad en general permiten predefinir el crecimiento o estancamiento en la matrícula.
Vinculación con el trabajo. La empleabilidad es uno de los factores más valorados a la hora de elegir la universidad. Convenios con Iniciativa Privada y gobiernos pueden representar una acción fundamental para asegurar las prácticas profesionales, servicio social y oportunidad laboral.
Ahora, uno de los factores mas importantes y que no está plenamente conceptualizado y acotado es el prestigio. Es un concepto ambiguo que aparece en el “top of mind” de los alumnos y sus familias cuando les preguntamos ¿qué es lo más importante para elegir una universidad?
Para darle una idea, prestigio puede estar relacionado a factores distintos. Tiempo de existencia de la institución, instalaciones y equipamiento, carreras, ubicación, rankings o incluso costo de la colegiatura.
Ahora, el prestigio percibido de una institución puede ser mayor en una carrera que en otra. Y en general es una representación del deseo aspiracional de movilidad social y acceso a un estatus de clase percibido como superior. Esta cuestión del estatus, de tanto arraigo en México, me parece, explica en parte el que muchas familias mexicanas tiendan a invertir en una colegiatura superior a lo que sus ingresos permiten.
El prestigio también es relativo al segmento o la categoría a la que pertenece cada universidad.
Por eso es importante considerar cual es el posicionamiento percibido de la universidad, cuáles son sus áreas de oportunidad y hacer en función a eso una estrategia meditada.
Ahora, el prestigio no es un acto unilateral de comunicación-publicidad. Es el que aglutina factores tan diversos como actualidad de los planes y programas de estudio, expertise de los maestros, métodos de enseñanza con casos reales y pragmáticos, instalaciones, investigación y todo aquello que genera conocimiento real y sustentable.
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