Al conmemorarse el 117 aniversario de la represión a los obreros de Río Blanco, en el estado de Veracruz, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador anunció el envío de dos iniciativas de reforma constitucional en materia laboral.
La primera buscará que el salario mínimo de los trabajadores aumente siempre por arriba de la inflación; en tanto que la segunda modificación constitucional echará abajo la reforma que en materia de pensiones impulsó el gobierno del ex presidente de México, Ernesto Zedillo y que dio origen a las llamadas Afores.
Hago el compromiso de que antes de que yo termine mi mandato voy a enviar una reforma para que se establezca que nunca jamás va aumentar el salario menos que la inflación, nunca más (…) Vamos a seguir con esa política y hago también el compromiso con ustedes. Me lo plantearon del sindicato de maestros y otros trabajadores, vamos a revisar la contrarreforma laboral de Zedillo, la de las pensiones y vamos hacer una propuesta porque es completamente inhumano, injusto que un trabajador después de 30 años de laborar ni siquiera recibe su salario cuando estaba en activo, sino la mitad – si le va bien – de ese salario. Eso ya no va a continuar así, voy a enviar una reforma a esa legislación anti obrerista, esa legislación contraria a los intereses de los trabajadores», anunció el presidente.
López Obrador manifestó que ambos compromisos los sacará adelante en memoria y reconocimiento de los trabajadores textiles masacrados en esta región hace 117 años por parte del gobierno de Porfirio Díaz cuando luchaban por tener mejores condiciones de trabajo.
En la ceremonia luctuosa a la que asistió el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García así como el secretario del trabajo, Marath Baruch Bolaños López, el mandatario federal reprochó que al igual que sucedió en el porfiriato, los gobiernos neoliberales afectaron gravemente el poder adquisitivo de los trabajadores.
López Obrador sostuvo que las afectaciones a la clase trabajadora las impulsaron y mantuvieron durante 36 años aquellos que se creían dueños de México y por eso, al ganar las elecciones presidenciales en el 2018 fue que se decidió «mandar al carajo al neoliberalismo y a la oligarquía» gobernante.
Al elevar el tono de su voz, el presidente de México destacó que a él y a su movimiento no los impusieron «los de arriba», sino millones de mexicanos que buscaron un cambio de rumbo en el país.
El secretario del trabajo ya dio a conocer lo que hemos hecho en beneficio de los trabajdores, ya es una política laboral distinta. Al carajo con el neoliberalismo, con el neoporfirismo, no queremos la oligarquía; México no es país de unos cuantos, México es de todos los mexicanos, de todo el pueblo (…) por voluntad de nuestro pueblo porque a nosotros no nos impusieron los de arriba, no nos impuso la oligarquía, no fueron los medios de manipulación los que nos llevaron a la presidencia de la república, a nosotros nos dio esa responsabilidad el pueblo de México, que es nuestro amo. Nadie más», enfatizó este domingo tras cerrar su discurso con vivas dedicadas a los más de 500 obreros masacrados hace ya 117 años.
«¡Qué vivan los mártires de Río Blanco!, ¡Viva Heriberto Jara!, ¡Viva Veracruz! ¡Vivan los trabajadores de México!! convocó López Obrador.
Algunos de los dirigentes sindicales que acompañaron este domingo al presidente de México fueron el secretario general de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, Isaías González Cuervas; el vicepresidente del Congreso del Trabajo, Reyes Soberanes Moreno; el secretario general del Sindicato Petrolero de la República Mexicana, Ricardo Aldana Prierto; el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Algonso Zepeda Salas así como el secretario general del Sindicato Nacional del IMSS, Arturo Olivares Cerda y el secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas, Martín Esparza Flores.