Por Felipe Vega, fundador de CECANI, empresa de enseñanza y divulgación de asociaciones, ONG’s y otras figuras no lucrativas.
Existe una alianza tradicional: los organismos del Tercer Sector con las escuelas.
Las organizaciones sin fines de lucro se asocian regularmente con las escuelas en una variedad de iniciativas que van de la ejecución de programas de música y arte a servicios dentales, entrega de alimentos y otros recursos. Estas alianzas son especialmente críticas para las escuelas de comunidades de escasos recursos, que de otro modo podrían tener dificultades para proporcionar a los estudiantes estos beneficios.
Sin embargo, mantener estas asociaciones es complejo y de una temporalidad muy baja.
En una era de escuelas con problemas de liquidez, es importante comprender lo que implica una asociación a largo plazo. «Las escuelas públicas y otras enfrentan restricciones presupuestarias, por lo que es importante pensar en cómo mantener las alianzas con ONG’s.
En distintos estudios se encontró que un factor que influía en la permanencia de los programas conjuntos estaba determinado por la percepción de valor material que la alianza representaba para las escuelas. Entre más “caro” era el bien recibido, más posibilidades de cuidar y apoyar la alianza.
La continuidad de la relación tiene mucho que ver con lo «caros» que los administradores escolares perciben que son los programas, tanto en términos de recursos como de tiempo. La flexibilidad también juega un rol prioritario en la permanencia del programa. Los costos fijos a lo largo de la relación tienden a no propiciar la vinculación mientras la flexibilidad actúa como “pegamento” de la relación.
Veamos: A pesar de que las escuelas son las beneficiarias de los programas de arte y las campañas de recolección de útiles escolares que ofrecen las organizaciones asociadas, las asociaciones no son «gratuitas» para las escuelas involucradas.
Hay costos más sencillos, como los costos financieros para llevar a cabo el transporte de los estudiantes a un programa sin fines de lucro. Pero también hay costos administrativos y de coordinación que pueden ser más difíciles de cuantificar, pero que afectan el éxito de la relación, como completar el papeleo o reclutar voluntarios que ayuden a ejecutar los programas.
Al estudiarse la percepción de estos costos en los administradores se encontró que no tenían un valor preponderante los costos reales sino los percibidos.
Cuando las escuelas abordaban una relación con una organización sin fines de lucro con un enfoque flexible de los costos y, por lo tanto, sujetas a discusiones y negociaciones periódicas, la asociación tendía a durar. También el enfoque a largo plazo tendía a fortalecer la alianza entre el organismo del Tercer Sector y la escuela.