Ricardo Monreal llamó a la reflexión colectiva en torno al proceso interno de Morena, a dialogar sobre lo que se requiere enderezar y fortalecer al movimiento, a fin de continuar con la construcción del l México que queremos.
Advirtió que existe un riesgo de que el proceso haya provocado más distancia entre el partido y la población, en lugar de cercanía. Y no tanto por los recorridos, sino por el proceso en sí mismo.
Monreal compartió en redes sociales el segundo de una serie de artículos en los que comparte sus reflexiones en torno a la 4T.
En este texto subrayó que el proceso inédito para definir a quien coordinará los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación abrió la oportunidad de que los aspirantes recorrieran el país para acercarse a la gente, pero sólo si lo asumimos en serio y hacemos ajustes habrá sido un ejercicio fundamental.
Sin embargo, desde el principio, varios aspirantes advirtieron diversas irregularidades, como grandes inversiones en eventos magnos. “Durante mis recorridos por el país, personalmente contabilicé mil 538 espectaculares, que promocionaban a diferentes compañeros”.
Si se considera como propósito aumentar entre la población el nivel de conocimiento de los logros de Morena, seguramente se logró. “Sin embargo, fue a costa de quienes no tuvimos acceso a los mismos recursos económicos ni a una contienda equitativa”.
Aseveró que, al no integrar los principios democráticos a su práctica, el proceso podría ser interpretado como una señal de que Morena se está distanciando de su esencia y de aquello que lo diferenciaba de los partidos que reemplazamos.
“Estas consecuencias son una gran lección que, independientemente de los resultados de las encuestas, no podemos desoír y mucho menos ignorar. Cada una de ellas tiene ramificaciones, que seguirán creciendo si no actuamos, y pueden llegar a alimentar los cuestionamientos y la desconfianza que ahora aparecen entre nuestros simpatizantes”, expresó.
Además, estas prácticas abonarán al esfuerzo que la oposición dirige para frenar la transformación que México necesita. “Es una situación que, reitero, requiere nuestra pronta atención, para conservar la confianza de la ciudadanía de este país”.
Recordó que, entre otras medidas para impedir esta situación, se estableció que no se formularían propuestas, que no se realizarían debates entre las personas participantes en la contienda, lo que permitiría garantizar en todo momento mantener la unión en el partido.
Además de no derrochar en gastos publicitarios y propagandísticos; no realizar prácticas antidemocráticas, como el acarreo, la coerción y alianzas con grupos o personas a cambio de beneficios.
Así como no establecer alianzas con grupos de interés ni hacer compromisos con sectores que podrían entenderse como oligárquicos o con organizaciones, empresas o gobiernos extranjeros; no utilizar el presupuesto público o bienes gubernamentales para beneficio propio o de sus representantes; y no contratar, por sí o por terceros, espacios en radio y televisión.
“Se trata de reglas importantes que muestran una dinámica distinta de un partido que en su esencia trae la lucha por convertir la gobernanza en un ejercicio austero, honesto y cercano al pueblo. Sin embargo, la realidad del proceso ha sido diferente”.
“Por ello, una vez más en mi vida política, decido ir a contracorriente para, aquí y ahora, volver a llamar a la reflexión colectiva. Invito a dialogar sobre qué se requiere para enderezar y fortalecer nuestro movimiento, para que podamos seguir construyendo el camino al México que queremos”, manifestó.